10 sugerencias para desarrollar la asertividad (primera parte)

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¿Qué significa ser asertivo? La asertividad es una habilidad social que nos permite defender nuestros derechos sin recurrir a la agresión. Como se muestra en la siguiente imagen podríamos decir que la asertividad se encuentra entre la pasividad y la agresividad:

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Esto significa que al ser asertivos podemos comunicarnos con otras personas sin recurrir a la agresión pero también sin incurrir en un estado de excesiva pasividad que muchas veces tampoco resulta favorable. La persona asertiva puede comunicar sus intereses y opiniones libremente. Somos asertivos cuando actuamos en base a la confianza y seguridad, sin que nos invadan sentimientos de ansiedad o ira.

Ser asertivo nos da más facilidad para enfrentar situaciones cotidianas que de otra manera podrían desencadenar conflictos, o hacer que cedamos sin quererlo a la voluntad de los demás. Nos permite expresar libremente lo que queremos y lo que no queremos, ser escuchados, tratados con respeto y tenidos en cuenta. También nos ayuda a evitar la manipulación y minimizar el sentimiento de culpa. 

Me gustaría que pienses en una situación, ya sea laboral o personal, en la que no hayas expresado algo que sentías, una situación con la que no estabas de acuerdo pero preferiste callarte. O una situación injusta pero que decidiste no confrontar. También puede ser una situación en la cual querías pedir algo a alguien pero no te animaste a hacerlo. O un momento en el cual cediste a hacer algo que no querías. Puede ser un momento en el que te sentiste manipulado, o que hiciste algo que no querías hacer pero lo hiciste de todas maneras porque te sentiste culpable. Si te identificás con alguna de estas situaciones desarrollar la asertividad va a servirte. Al desarrollarla vas a liberar mucha energía que estabas usando en estos conflictos intra e interpersonales, y esto va a tener un impacto sumamente positivo en tu salud emocional, en tus resultados y en tu calidad de vida.

Como toda habilidad, la asertividad puede desarrollarse. A continuación te presento una serie de «derechos asertivos» y como trabajarlos. Me gustaría que no los descartes por lo simples que son. La mayoría de ellos parecen muy sencillos a primera vista pero la mayoría de las personas no siempre los aplicamos en nuestra vida. Esta es una oportunidad de que puedas hacer esos pequeños cambios en tu vida que producen grandes resultados:

 

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1. Tenemos derecho a decir que no

 

Cuando alguien nos pide algo tenemos derecho a decir que «no» ya que este pedido puede no coincidir con nuestros deseos en ese mismo momento. Si bien es muy positivo ayudar a otros, no resulta saludable sacrificar todo el tiempo nuestros deseos con el fin de satisfacer los deseos de los demás. Si lo hacemos vamos a terminar haciendo muchas cosas que no queremos, gastando mucha energía innecesaria. Vamos a terminar frustrados, defraudados y enojados tanto con los demás como con nosotros mismos.

Sue Patton Thoele dice: «no tienes que dejarte atemorizar por lo que otros esperen de tí». Si hay una receta para el fracaso es querer complacer a todos todo el tiempo. Para evitar esto vamos a tener que aprender a decir «no».

Esto puede ser muy difícil para algunas personas, dado que de chicos muchos aprendimos que «no» era una respuesta inaceptable. Por otro lado, en un trabajo, decir «no» podía significar perder una oportunidad y hasta el trabajo mismo. Sin embargo, las personas asertivas dicen «no» constantemente. De hecho piensan que decir que no es tan aceptable como decir «sí».

Si te cuesta decir que no, te recomiendo comenzar a hacerlo gradualmente. Comenzá por aquellos pedidos cuya negativa no van a significar un gran problema. Una vez que puedas hacerlo agregá mas negativas poco a poco hasta que puedas decir «no» a todas aquellas cosas que desees hacerlo.

Una estrategia que aparece en el libro Los Principios del Éxito de Jack Canfield, es decir: «no es por vos; es por mi». Por ejemplo, supongamos que el director de una asociación de padres de alumnos te llama para pedirte colaboración con otro acto de caridad de fin de semana, podrías decir: «No. No te lo digo porque tenga algo en contra tuyo. Es  una causa muy honrosa, pero últimamente he estado adquiriendo demasiados compromisos fuera de casa. Aunque apoyo mucho lo que estás haciendo, me comprometí a pasar más tiempo con mi familia». Pocas personas podrán enojarse al escuchar algo así. De hecho, es probable que te respeten por tu decisión y tu sinceridad.

Decir «no» es un hábito. Si estás acostumbrado a decir siempre «sí» puede que te cueste cambiar. Es más, quizás digas que sí sin siquiera pensarlo, y cuando te des cuenta ya es demasiado tarde. Eso ocurre con los hábitos que tenemos muy arraigados. Para cambiar esto podés hacer lo siguiente: cada vez que alguien te pide algo, tomarte unos minutos para contestar. Podés simplemente responderle: «te llamo en 5 minutos y te contesto». Luego pensá tranquilamente la respuesta en base a lo que te presentamos en esta sugerencia. Una vez que lo decidas comunicaselo a la persona.

Para quienes les interese profundizar les recomiendo dos libros: Cuando digo que no, me siento culpable y Cómo decir no sin sentirse culpable.

 

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2. Tenemos derecho a pedir lo que queremos

 

Pedir a otros es uno de los recursos más poderosos que existen. Las personas asertivas piden aquello que quieren. Sin embargo, el hacer pedidos sigue siendo un desafío que frena a la mayoría. 

Son distintas las razones que nos hacen querer evitar hacer pedidos: no querer quedar como desesperados, no querer dar a entender que necesitamos ayuda, no sentimos que lo merecemos y la razón más común es: por miedo a que nos digan que no.

Según el doctor Paul Dobransky, para desarrollar la confianza debemos aprender a «decir no» pero también a «tolerar que nos digan que no». Una persona asertiva posee los dos componentes.

Las personas que tienen miedo a que les digan «no» se están rechazando a sí mismas antes de que los rechacen los demás. No le están dando una oportunidad a otros porque antes ponen la negativa ellos mismos. Debemos tener en cuenta que si nos dicen que no, no vamos a estar peor que antes, ya que antes tampoco teníamos lo que acabamos de pedir. Solamente tenemos posibilidades de ganar. En el peor caso vamos a estar como antes, pero si hacemos el pedido de manera efectiva vamos a tener grandes chances de conseguir lo que queremos.

Hacer pedidos es una habilidad en sí misma. En esta nota te presento 7 sugerencias para hacer pedidos efectivos. Aquellos que quieran profundizar pueden leer el libro El factor Aladino de Jack Canfield.

 

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3. Tenemos derecho a cometer errores

 

A muchas personas les cuesta mucho reconocer que cometieron errores. Cuando los cometen se auto castigan como si cometer un error fuera una tragedia. Cometer errores es parte de la vida. Es parte del proceso de aprendizaje.

Me gusta la frase que dice: «el éxito viene de tomar buenas decisiones; las buenas decisiones son fruto de la experiencia; y la experiencia es consecuencia de tomar malas decisiones».

De esta frase podemos concluir que tomar malas decisiones, o sea cometer errores, nos lleva al éxito. Uno de los axiomas de la PNL (Programación Neuro-Lingüística) es que no existe el fracaso, simplemente información que nos ayuda a corregir nuestra estrategia para la próxima vez. Si hacemos algo y no obtenemos el resultado que queremos simplemente debemos aprender la lección y volver a hacerlo.

Una persona asertiva no se castiga cuando se equivoca. Todo lo contrario, se agradece a sí misma por haber tomado acción y aprende lo necesario para que le vaya bien la próxima vez. Esto fue lo que hizo Edison cuando luego de miles de «fracasos» logró inventar la bombilla de luz. Para Edison no fueron fracasos, sino que encontró miles de maneras en las cuales no funciona una bombilla. A partir de ello logró encontrar la manera en la que sí funciona.

Para aprender de los errores debemos tener dos habilidades: la habilidad de observar para darnos cuenta qué debemos cambiar en nuestra estrategia, y la capacidad de preguntar a otros. A partir de esto podemos crear una estrategia más efectiva. Si continuamos haciendo esto vamos a aumentar cada vez más nuestras probabilidades de éxito. Este comportamiento es parte de la asertividad a diferencia del auto castigo y del decirnos cosas negativas a nosotros mismos, o dudar de nuestro potencial.

Adquirir información y ajustar nuestra estrategia es lo que diferencia a una persona testaruda de una perseverante. La testaruda sigue probando lo mismo una y otra vez, incluso cuando ya probó reiteradas veces que no funciona. La persona perseverante busca continuamente maneras de mejorar su estrategia. Una definición de locura dice que es: querer obtener resultados diferentes haciendo lo mismo una y otra vez.

En nuestra próxima nota continuaremos presentando derechos asertivos y cómo desarrollarlos. Te aconsejo que te tomes un momento para trabajar los que te presentamos hoy. 

continuará  …

 

Saludos

Martin

 

 

 

 

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