En mi vida me encontré con muchas personas que querían emprender, ya sea que deseaban ejercer su misma profesión de manera independiente, o tenían una idea de negocio, diferente a su profesión, que querían llevar adelante.
Sin embargo, la mayoría de esas personas no había avanzado con su emprendimiento, y esto me hacía surgir la siguiente pregunta: ¿por qué no lo hiciste?
Con el tiempo me di cuenta que no era una pregunta muy efectiva ya que le daba lugar a la otra persona a que exprese todas sus excusas, los motivos por los cuales justificaba haberse quedado en la inacción y nunca haber comenzado su negocio soñado.
La mayoría de las veces las respuestas tenían que ver con factores externos. Las respuestas más comunes eran: «me faltó dinero«, «no pude encontrar socios confiables«, «no era un buen momento del país«, «no tenía la tecnología que necesitaba«, «me faltan los contactos adecuados«, y otros motivos similares.
¿Será que esa es la razón real por la que estas personas no emprendieron? No digo que me estuvieran mintiendo. Quizás ellos mismos no tomaron conciencia de la razón real por la que no habían pasado a la acción.
Tony Robbins, define dos tipos de recursos. Por un lado los recursos internos, que son habilidades principalmente emocionales, internas a nosotros, como por ejemplo: motivación, claridad, auto confianza, perseverancia, paciencia, resiliencia, determinación, proactividad, etc.
Por otro lado los recursos externos son, como el nombre lo dice, factores externos a nosotros, como por ejemplo: el dinero, el tiempo, los socios, la tecnología, las condiciones económicas del entorno, el mercado, etc.
Según Tony, el éxito de un emprendimiento, y en la vida en general se debe en un 80% a los recursos internos y en un 20% a los externos. El recurso más importante que podemos tener es el ingenio, que nos permite utilizar la creatividad cuando los recursos externos aparentan ser escasos.
Yo coincido con esta afirmación. Y lo veo cada vez más en mi experiencia como Coach cuando trabajo con mis clientes. Aquello que parecía una gran limitación deja de serlo cuando se desarrollan las habilidades internas.
Por ejemplo, una persona que siente una gran pasión por lo que hace y a pesar de no contar con muchos recursos económicos, logra comunicar su idea en las redes sociales, llega a miles de personas y a partir de ahí logra obtener clientes. O alguien con mucha resiliencia que logra trascender la frustración y el fracaso y llega más lejos que alguien con dinero que carece de esta habilidad.
Investigando en otras fuentes, encontré evidencia que sostiene mi hipótesis. En un episodio del podcast Acelerando empresas, presentaron un artículo de la revista Forbes donde preguntaron a más de 5000 personas cuál es el principal obstáculo para montar una empresa. El 36% contestó que el motivo principal es la falta de financiación. Sin embargo, este mismo artículo manifiesta estar en desacuerdo con esta respuesta.
Otro artículo de Info Technology, en cronista.com dice que el dinero no es lo más importante a la hora de emprender, y muchos emprendedores citados concuerdan que lo más importante son las habilidades internas, tales como: resiliencia, pasión, determinación y perseverancia.
Lo que me preocupa de mi investigación es que quizás la mayoría de las personas están enfocándose en un problema que no es el obstáculo principal. Si lograran tomar conciencia de que desarrollando las habilidades internas podrán hacer frente a los obstáculos externos que surjan, entonces podrán tener más posibilidades de lograr su objetivo de emprender.
Esto nos motivó a mí junto a mi socio y amigo Mauro Domínguez a dictar la conferencia Rompiendo Barreras, la cual dictaremos el Sábado 15 de Octubre, en el hotel NH Buenos Aires City, Bolívar 160. En este enlace podrás encontrar todos los detalles e inscribirte al evento. Esperamos que con este tipo de eventos, más personas puedan trabajar sus habilidades internas y con eso contar con más recursos para emprender.
¡Saludos!
Martin