Los 10 disfraces del miedo
El libro trata sobre las diferentes maneras en las que el miedo se camufla, se disfraza de otras emociones o hábitos negativos y sutilmente nos manipula sin que seamos conscientes de ello para que nos quedemos en nuestra zona de confort y nos «cuide» del supuesto peligro de asumir riesgos.
Como sabemos, el quedarnos en nuestra zona de confort en el largo plazo termina siendo el mayor peligro. El miedo que nos paraliza y nos mantiene donde estamos, termina siendo un asesino silencioso, porque mata aquellos sueños que alguna vez tuvimos, y que no nos animamos a concretar, y a veces ni siquiera a desear.
Como dijo Les Brown: «El miedo es la más sutil y destructiva de las enfermedades humanas«. El miedo paralizante en el largo plazo, el miedo que limita nuestro accionar, se convierte en una enfermedad, porque el estado sano y natural del ser humano es ir por más, crecer, expandirse, vivir la vida al máximo, tal como lo hace un bebé que aprende a caminar y no tiene miedo de caerse.
Al final del libro tendrás una serie de ejercicios que podrás aplicar para poner en práctica los conceptos presentados. Este libro es la antesala de un segundo libro llamado: Los 4 niveles del miedo: cómo pasar de la inacción a la acción masiva.
Los 4 niveles del miedo
Los 4 niveles del miedo es la continuación de los 10 disfraces. Presenta un modelo de 4 niveles para tomar conciencia de qué tanto nos domina el miedo. El nivel 1: deseo inhibido, es el nivel más bajo y en el que más influye el miedo. El nivel 4: acción masiva, es el más alto, aunque no implica la ausencia del miedo sino el coraje, que implica tomar acción a pesar del miedo.
Explica cómo motivarnos y subir al nivel 4, que es el nivel en el que necesitamos estar para lograr aquellas metas más ambiciosas que tenemos.
Introduce el concepto de las 4 zonas: la zona de confort, la zona de coraje, la zona de deseo y la zona de no deseo.
Trabaja sobre el deseo inhibido, que suele ser el más peligroso de los niveles porque nos ciega sin que nos demos cuenta. Si somos presa del miedo, podemos llegar a resignarnos, dejar de creer en nosotros mismos y en que podemos lograr el objetivo que soñamos alcanzar. Si eso ocurre es probable que dejemos de desearlo y nos conformemos con menos de lo que realmente queremos. Esto nos mantiene en un estado de aparente seguridad pero tarde o temprano nos lleva a la desmotivación y la apatía.